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miércoles, 21 de octubre de 2020

Tú no necesitas la aprobación de los demás


Como el Dr. Dyer titula uno de los capítulos de su libro Tus zonas erróneas, quiero titular
también este post, pues considero que refleja a la perfección las ideas que pretendo
transmitir.

En los diferentes entornos en los que nos desenvolvemos (familiar, laboral, escolar…) nos
encontramos con la necesidad de búsqueda de aprobación. Esta necesidad no es una
necesidad como tal, que es lo que primero debemos tener en cuenta para eliminarla, sino más
bien un deseo. Un deseo inculcado por la sociedad que transmite la idea de “no te fíes de tu
propio criterio”, y equivale a decir que lo que los demás piensan de ti, importa más que la
opinión que tienes de ti mismo/a.

SU RAZÓN DE SER…

Inculcar este deseo que percibimos como necesidad sirve para manipular y garantizar la
convivencia, de acuerdo a unas pautas convencionales pues, a menudo, si notas que tu
entorno piensa distinto a ti, tratas de convencerte de que eres tú él o la equivocada/o.

Ya desde niños/as nos enseñan a pedir la aprobación de los adultos, y como adultos
deberíamos de tener en cuenta que tenemos que equilibrarlo fomentando la autonomía en la
toma de decisiones (no todo tiene por qué estar estipulado, a no ser que exista algún riesgo) y
la independencia aunque sea en pequeñas parcelas de su comportamiento. Proteger en exceso
o actuar por el niño/a, lo deja sin la oportunidad de desarrollar herramientas de resolución de
conflictos.

Tildamos de buena o mala educación determinadas conductas que nada tienen que ver con
ese concepto.

La sociedad está llena de pautas y convencionalismos sin sentido que ni siquiera
cuestionamos o nos preguntamos quiénes las crearon.

Esta necesidad de búsqueda de aprobación se sustenta en la culpa y el miedo a perder o no
percibir una determinada recompensa material y/o social.

¿Y qué agentes las impulsan? La familia, el colegio, el trabajo, las religiones, el Estado, los
medios de comunicación, las canciones, la publicidad, las redes sociales…

RECOMPENSAS DE LA NECESIDAD DE APROBACIÓN.

 Pones la responsabilidad de cómo te sientes en manos de otros, y así evitas tener que
actuar.
 La autocompasión.
 Sentir que respondes a lo que el entorno espera de ti.

¿QUÉ SE PIERDE BUSCANDO LA APROBACIÓN DE LOS DEMÁS?

 Pones tu bienestar en manos de un factor externo (opiniones ajenas) que no se puede
controlar. Das poder a algo externo a ti.

TÚ NO NECESITAS LA APROBACIÓN DE LOS DEMÁS

 Te expones a continuas frustraciones pues es imposible contentar a todas las
personas.

 Estás inculcando una imagen de persona inexistente, construida en base a opiniones
externas que guían sus acciones. Autodestruyes tu autoestima.

 Emites la imagen de una persona insegura, no inspiras confianza.

 Te quedas inmovilizado/a, sin poder actuar, preocupado/a y sin avanzar.

ESTRATEGIAS PARA ELIMINAR LA BÚSQUEDA DE APROBACIÓN.

 Piensa ¿Qué parte de tus acciones están guiadas por un deseo interno, y cuáles otras
por una necesidad de aprobación externa? ¿A qué temes? ¿Qué te preocupa que
pueda pasar? ¿Pasará realmente?

 ¿Esa desaprobación es tan importante como para inmovilizarte aunque sea por un
instante? ¿El valor del tiempo que pasas inmovilizado/a es igual al de las
consecuencias de una supuesta crítica?

 Comprueba si estás leyendo el pensamiento, intentando adivinar las opiniones de los
demás, que en la mayoría de los casos no se corresponden con lo que pensamos.

 Evita la culpa afirmando que la desaprobación le pertenece al otro, no a ti.

 Evita la manipulación dando las gracias sin intentar complacer o entrar en discusiones,
si no lo deseas, o incluso enfadarte. No tienes nada que demostrar.

 Piensa que frente a ti hay dos grupos de personas: una mitad estará de acuerdo
contigo y la otra no. Cuando te encuentres con una persona que te muestra su
desacuerdo, no lo tomes como algo personal, simplemente pertenece a la mitad que
no está de acuerdo. Es algo natural. Tú tampoco estás de acuerdo con todo el mundo,
todo el tiempo y, ¿Tú opinión determina la conducta de los demás? ¿Esa persona
deja de tener valor para ti por no estar de acuerdo con ella?

 Irónicamente quienes no buscan la aprobación, son líderes, admirados por el resto.

 Las personas que dirigen grupos de personas como empresarios/as, responsables
políticos, profesionales con grandes responsabilidades… si tuviesen que contentar a
todo el mundo, no podrían actuar, pasarían gran parte de su tiempo inmovilizados/as.
Lincoln decía que “si al final el resultado es bueno, lo que se diga en contra de mí no
tendrá ninguna importancia. Pero si al final el resultado es malo y aunque diez ángeles
juraran que yo tenía razón, no habría ninguna diferencia, igual estaría mal”.

 Piensa que si una persona te pusiese a prueba, pidiéndote que saltes, corras o andes,
para comprobar si lo sabes hacer, te cansarías y te negarías porque estás
convencido/a de que sabes hacerlo. ¿Por qué no es así con otros aspectos en los que
te empeñas en conseguir el reconocimiento?

TÚ NO NECESITAS LA APROBACIÓN DE LOS DEMÁS

 Sé consciente de las veces que te disculpas, cambias tu opinión, pides permiso, no
expones una idea en una conversación, hablas de forma interrogativa en lugar de
afirmativa…

 Busca entornos de desaprobación, analizando con qué personas sueles buscar
aprobación, en qué momentos y por qué lo haces, y utiliza la técnica de
entrenamiento de Habilidades Sociales del disco rayado, para emitir opiniones de
forma asertiva. Busca una frase afirmativa en la que no se observe rasgo alguno de
justificación, y repítela.

Si quieres saber cómo actúa esta necesidad de aprobación en el ámbito laboral y
educativo y cómo puede interferir en la toma de decisiones importantes, te dejo el
post http://www.lanuevarutadelempleo.com/Noticias/vocacion-vs-
convencionalismos

Por último, date cuenta que precisamente las personas que te aprecian, te aceptan tal
y como eres.

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