Ø Enseñanza directa: deben ser órdenes secuenciadas, de una en una, asegurándonos de que se comprenden.
Ø Autoinstrucciones:
haremos que el niño/a sea su propio guía en el proceso de adquisición de las
conductas, entrenándolo para que sea capaz de darse las instrucciones para
llevar a cabo una conducta, especialmente en las relacionadas con la autonomía
personal.
Ø Modelado: consiste en poner un modelo
del que se pueda imitar las conductas que queremos que se adquieran. Nuestras
palabras deben estar acordes con las acciones.
Ø Prácticas de conducta con role-play:
programadas en diferentes entornos y con diferentes personas para que estas se
generalicen. Primero, se ensayará mediante role-play y después, se ejecutarán
en diferentes contextos.
Ø Reforzamiento
de conductas adecuadas (puede ser verbal o material), y retirada de atención de
las conductas inadecuadas, pues en la mayoría de los casos, se busca la
atención del adulto como premio. Evitaremos el castigo siempre que podamos.
Ø Podemos
utilizar el método de economía de fichas,
concretando las conductas que queremos que se adquieran, negociando con el niño/a
los premios o refuerzos que va a
ganar, cuántos puntos o fichas necesitará para ello, y cuántos va a perder (en el coste de respuesta es necesario que no se pierdan todos los puntos
de una vez), firmando un contrato de
contingencia con él o ella. Cuanto
más pequeño/a sea, más inmediato debe ser el refuerzo, y cuando llevemos un
tiempo con esta técnica, iremos aplazando más en el tiempo los refuerzos,
pasando de un sistema de refuerzo
continuo a intermitente, hasta
eliminarlos, porque la conducta ya se ha consolidado y se ejecuta por sí misma.
Las
conductas y los puntos que se van obteniendo, se plasmarán en una cartulina que
permanecerá visible, y es necesario que nos mantengamos firmes y no otorguemos
refuerzos fuera del acuerdo.
Ø Reforzamiento
diferencial de otras conductas: consiste en reforzar cualquier conducta que
no sea la que queremos que se extinga. Si una persona se golpea con una
frecuencia de tres veces por minuto como media, se comenzaría con intervalos de
15 ó 20 segundos para asegurar al máximo el acceso al reforzamiento. Si el sujeto
no se golpea, durante el intervalo, recibirá el refuerzo inmediatamente al
final de éste. Si se golpea, se detendrá, no se le dará refuerzo y se iniciará
un nuevo intervalo.
Ø Reforzamiento diferencial de conductas
incompatibles: consiste en reforzar una conducta que es incompatible con la
que pretendemos extinguir. Para ello, primero debemos enseñar la nueva conducta
que será incompatible.
Ø Retroalimentación de la conducta o feedback:
proporcionando información de la actuación, reforzando los puntos fuertes y
delimitando aquellos aspectos en los que debe mejorar y cómo hacerlo.
Ø Moldeamiento
o aprendizaje por aproximaciones sucesivas: se trata de descomponer una
conducta compleja en pasos, concretos y evaluables, de forma que se ejecuten
por separado y después se encadenen.
Muy útil para utilizar cuando queramos que se adquieran habilidades de
autonomía personal. Las ayudas se irán desvaneciendo poco a poco.
Ø El principio de Premack: Un ejemplo
claro podría ser el acceso de un estudiante a los videojuegos y al estudio
por medio de la lectura de libros. Si la conducta de jugar se hace
contingente a la de estudiar (sólo puede acceder a los videojuegos si antes lo
hace a los libros) la conducta de estudiar aumentará.
Otro
ejemplo podría ser el gusto por ver la televisión de un niño en edad escolar,
pero al que le desagrada lavar los trastos. Si su madre le condiciona mirar la
televisión sólo si lava los trastos antes, la realización de esta conducta
aumentara paulatinamente.
Ø Intención paradójica: Esta técnica
recibió la denominación de “paradójica” dado que los procedimientos se
construyen para sorprender. Son contrarios a las expectativas y, en definitiva,
ocurre un cambio drástico en la forma de sentir y afrontar el problema.
En general, las técnicas paradójicas en psicología, implican pedir que haga o aumente la frecuencia precisamente de lo que se quiere evitar.
En general, las técnicas paradójicas en psicología, implican pedir que haga o aumente la frecuencia precisamente de lo que se quiere evitar.
Por ejemplo, a un niño que no podía dormir (insomnio), se le pidió que preparara su habitación para no dormir durante toda la noche. Así el niño disponía sus juguetes preferidos para entretenerse y eliminaba la tensión que le producía el hecho de pensar que se acercaba la noche y no podría conciliar el sueño. El resultado es que se quedaba dormido.
Muchas conductas disruptivas, tanto en casa como en el colegio, tienden a cronificarse. Los mismos hechos se repiten una y otra vez en un círculo vicioso en el que los diferentes protagonistas ya conocen el final. Existe una especie de “acomodación” a los hechos y circunstancias pese a que sean dolorosas para todos.
Ø Tiempo fuera: consiste en retirar al
niño/a de la situación en la que realiza la conducta que queremos eliminar.
Durante
y después del período de aislamiento conviene no prestar atención al niño/a, ni
reñirle. Cuando pase el tiempo, se le dará la opción de volver al lugar.
Importante:
el tiempo de aislamiento es de un minuto
por año de edad.
Ø Sobrecorrección: consiste en que se
repare el daño causado por una conducta inapropiada. Previamente, se dará un aviso
verbal, si este no es obedecido, se pasará a la sobrecorrección de forma
inmediata.
Ø Técnicas de resolución de problemas.
(Para estas
dos últimas técnicas se requiere madurez cognitiva)
Pasos:
- Orientación general hacia el problema.
- Definición y formulación del problema.
- Generación de soluciones alternativas.
- Toma de decisiones.
- Puesta en práctica y verificación de la solución.
Ø Técnicas de autocontrol.
- Especificar el problema y establecer los objetivos.
- Comprometerse a cambiar: se debe señalar la importancia que conlleva personalmente modificar ese problema y el esfuerzo que va a realizar para conseguirlo.
- Registrar los datos y establecer las causas del problema: en este paso se toma nota de todos los datos que acontecen del problema: dónde, cuándo y como suele ocurrir.
- Diseñar y aplicar un programa de tratamiento del problema con refuerzos y castigos.
- Prevenir la recaída y lograr que la mejoría perdure: para prevenir las recaídas hay que conocer primero las posibles causas de recaída y adoptar las medidas necesarias para minimizar su efecto. En algunas ocasiones las recaídas suceden porque no se presta el interés suficiente a los progresos que se hacen y la persona se desanima o bien porque no se fija claramente unos pasos para la mejora y el sujeto no ve bien si ha mejorado mucho, poco o nada.
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