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lunes, 4 de mayo de 2015

Técnicas de modificación de conductas.

      Esta es una recopilación que he realizado de las técnicas de modificación de conductas más utilizadas.

Ø  Enseñanza directa: deben ser órdenes secuenciadas, de una en una, asegurándonos de que se comprenden.

Ø   Autoinstrucciones: haremos que el niño/a sea su propio guía en el proceso de adquisición de las conductas, entrenándolo para que sea capaz de darse las instrucciones para llevar a cabo una conducta, especialmente en las relacionadas con la autonomía personal.

Ø  Modelado: consiste en poner un modelo del que se pueda imitar las conductas que queremos que se adquieran. Nuestras palabras deben estar acordes con las acciones.

Ø  Prácticas de conducta con role-play: programadas en diferentes entornos y con diferentes personas para que estas se generalicen. Primero, se ensayará mediante role-play y después, se ejecutarán en diferentes contextos.

Ø  Reforzamiento de conductas adecuadas (puede ser verbal o material), y retirada de atención de las conductas inadecuadas, pues en la mayoría de los casos, se busca la atención del adulto como premio. Evitaremos el castigo siempre que podamos.

Ø  Podemos utilizar el método de economía de fichas, concretando las conductas que queremos que se adquieran, negociando con el niño/a los premios o refuerzos que va a ganar, cuántos puntos o fichas necesitará para ello, y cuántos va  a perder (en el coste de respuesta es necesario que no se pierdan todos los puntos de una vez), firmando un contrato de contingencia  con él o ella. Cuanto más pequeño/a sea, más inmediato debe ser el refuerzo, y cuando llevemos un tiempo con esta técnica, iremos aplazando más en el tiempo los refuerzos, pasando de un sistema de refuerzo continuo a intermitente,  hasta eliminarlos, porque la conducta ya se ha consolidado y se ejecuta por sí misma.

                Las conductas y los puntos que se van obteniendo, se plasmarán en una cartulina que permanecerá visible, y es necesario que nos mantengamos firmes y no otorguemos refuerzos fuera del acuerdo.

Ø  Reforzamiento diferencial de otras conductas: consiste en reforzar cualquier conducta que no sea la que queremos que se extinga. Si una persona se golpea con una frecuencia de tres veces por minuto como media, se comenzaría con intervalos de 15 ó 20 segundos para asegurar al máximo el acceso al reforzamiento. Si el sujeto no se golpea, durante el intervalo, recibirá el refuerzo inmediatamente al final de éste. Si se golpea, se detendrá, no se le dará refuerzo y se iniciará un nuevo intervalo.

Ø  Reforzamiento diferencial de conductas incompatibles: consiste en reforzar una conducta que es incompatible con la que pretendemos extinguir. Para ello, primero debemos enseñar la nueva conducta que será incompatible.

Ø  Retroalimentación de la conducta o feedback: proporcionando información de la actuación, reforzando los puntos fuertes y delimitando aquellos aspectos en los que debe mejorar y cómo hacerlo.

Ø  Moldeamiento o aprendizaje por aproximaciones sucesivas: se trata de descomponer una conducta compleja en pasos, concretos y evaluables, de forma que se ejecuten por separado y después se encadenen. Muy útil para utilizar cuando queramos que se adquieran habilidades de autonomía personal. Las ayudas se irán desvaneciendo poco a poco.

Ø  El principio de Premack: Un ejemplo claro podría ser el acceso de un estudiante a los videojuegos y al estudio por medio de la lectura de libros. Si la conducta de jugar se hace contingente a la de estudiar (sólo puede acceder a los videojuegos si antes lo hace a los libros) la conducta de estudiar aumentará.

                Otro ejemplo podría ser el gusto por ver la televisión de un niño en edad escolar, pero al que le desagrada lavar los trastos. Si su madre le condiciona mirar la televisión sólo si lava los trastos antes, la realización de esta conducta aumentara paulatinamente.

Ø  Intención paradójica: Esta técnica recibió la denominación de “paradójica” dado que los procedimientos se construyen para sorprender. Son contrarios a las expectativas y, en definitiva, ocurre un cambio drástico en la forma de sentir y afrontar el problema.
En general, las técnicas paradójicas en psicología, implican pedir que haga o aumente la frecuencia precisamente de lo que se quiere evitar. 

Por ejemplo, a un niño que no podía dormir (insomnio), se le pidió que preparara su habitación para no dormir durante toda la noche. Así el niño disponía sus juguetes preferidos para entretenerse y eliminaba la tensión que le producía el hecho de pensar que se acercaba la noche y no podría conciliar el sueño. El resultado es que se quedaba dormido.

Muchas conductas disruptivas, tanto en casa como en el colegio, tienden a cronificarse. Los mismos hechos se repiten una y otra vez en un círculo vicioso en el que los diferentes protagonistas ya conocen el final. Existe una especie de “acomodación” a los hechos y circunstancias pese a que sean dolorosas para todos.

Ø  Tiempo fuera: consiste en retirar al niño/a de la situación en la que realiza la conducta que queremos eliminar.

                Durante y después del período de aislamiento conviene no prestar atención al niño/a, ni reñirle. Cuando pase el tiempo, se le dará la opción de volver al lugar.

                Importante: el tiempo de aislamiento es de un minuto por año de edad.

Ø  Sobrecorrección: consiste en que se repare el daño causado por una conducta inapropiada. Previamente, se dará un aviso verbal, si este no es obedecido, se pasará a la sobrecorrección de forma inmediata.

Ø  Técnicas de resolución de problemas.

(Para estas dos últimas técnicas se requiere madurez cognitiva)
Pasos:
  • Orientación general hacia el problema.
  • Definición y formulación del problema.
  • Generación de soluciones alternativas.
  • Toma de decisiones.
  • Puesta en práctica y verificación de la solución.

Ø  Técnicas de autocontrol.


  1. Especificar el problema y establecer los objetivos.
  2. Comprometerse a cambiar: se debe señalar la importancia que conlleva personalmente modificar ese problema y el esfuerzo que va a realizar para conseguirlo.
  3. Registrar los datos y establecer las causas del problema: en este paso se toma nota de todos los datos que acontecen del problema: dónde, cuándo y como suele ocurrir.
  4. Diseñar y aplicar un programa de tratamiento del problema con refuerzos y castigos.
  5. Prevenir la recaída y lograr que la mejoría perdure: para prevenir las recaídas hay que conocer primero las posibles causas de recaída y adoptar las medidas necesarias para minimizar su efecto. En algunas ocasiones las recaídas suceden porque no se presta el interés suficiente a los progresos que se hacen y la persona se desanima o bien porque no se fija claramente unos pasos para la mejora y el sujeto no ve bien si ha mejorado mucho, poco o nada.

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