Hace unos días leía un polémico post que me hizo concluir que la búsqueda de empleo
puede ser un proceso tan complejo como sencillo.
El autor daba a entender que si no se encontraba empleo era porque algo se estaba haciendo
mal, dejando caer toda la responsabilidad sobre la persona en búsqueda de empleo.
Suscitó muchos comentarios, algunos a favor y otros muchos en contra, y es que las palabras
que empleaba eran un tanto duras.
Como punto de inflexión para hacer entender a las personas que deben reflexionar sobre las
técnicas que están utilizando, y como método para hacer que el post se haga viral, me parecía
un acierto.
Ahora bien, me hizo cuestionarme las ideas que a veces, implícitamente podemos transmitir.
Por supuesto que siempre se puede hacer algo más en la búsqueda de empleo, buscar
estrategias, ser creativos, llamar la atención, potenciar tu formación, trabajar la marca
personal, realizar colaboraciones o voluntariado en el sector que te interese… Son formas de
mantenerte en activo dentro del mercado laboral, mantener contactos y aumentar tus
posibilidades.
¿Pero, y si no da resultado? No podemos cargarnos de responsabilidad si el empleo no llega.
Podemos permitirnos sentirnos quemados/as, estresados/as y con las estrategias agotadas.
Caer en la trampa del pesimismo es fácil, al igual que sucumbir a las tentativas de desistir al
menos por un tiempo, pero no es recomendable, pues será aún más difícil volver a la brecha, y
quién sabe si en ese descanso hubiese llegado una oportunidad.
Pero al cargarnos de esta responsabilidad, lo que hacemos, en ocasiones, es potenciar la
frustración.
A mi entender, hay que poner las cartas sobre la mesa, pues la persona, su perfil y la forma en
la que busca empleo, son algunos de los factores que complementan a otros muchos que no
podemos controlar. Es lo que llamaríamos en el análisis DAFO, factores externos, las amenazas
de los factores externos.
Aspectos como el estado del mercado laboral en general y específicamente en tu sector, la
competencia, el reconocimiento y demanda de tu titulación, las políticas activas de empleo
de tu Comunidad Autónoma, la potencia y presencia en tu ámbito de búsqueda de las
empresas y entidades potencialmente empleadoras etc…
Son muchos los factores que intervienen, y lo más esencial y básico: si hay X empleos, y hay el
quíntuple de personas demandándolos, está claro que un gran número de personas no tienen
opción a optar a esos puestos de empleo.
Y otra posibilidad es que exista la necesidad de incluir a un nuevo trabajador/a a la plantilla
porque hay demanda y volumen de trabajo, pero no suficiente dinero para pagar un salario,
especialmente aquellos sectores que se nutren de subvenciones.
Habrá que estudiar nuevas fórmulas generadoras de empleo, dando salidas laborales a todos
los perfiles profesionales, diferenciando las tareas de cada uno para otorgarles valor, porque
todos son necesarios en su ámbito de actuación, de lo contrario no se habrían creado.
Por todo ello, digo que puede ser un proceso tan complejo como sencillo. Si te encuentras en
el lugar y momento oportuno y tienes las competencias necesarias, puedes encontrar empleo
en un corto período de tiempo.
Y si no es así, mantente activo/a, no desistas y busca alternativas, pero no cometas el error de
responsabilizarte en exceso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario